Estoy a nada de renunciar a ella. Voy en mi tercera sesión y ya le dejé en claro a mi terapeuta que me encanta la persona que es, pero que el enfoque con el que trabaja no me hace sentir del todo a gusto. SIN EMBARGO, a pesar de que lo que me llega a hacer concluir que necesito, siendo acciones que yo conozco y sé hacer, no aplico actualmente. Todas tienen conexión a mi cese de practica de yoga curiosamente.
En mi primera sesión se habló de básicamente la autocompasión. Yo considero que soy bastante autocompasiva conmigo misma, pero me permitió darme cuenta mis puntos débiles en ese aspecto: Trato de justificar/defender tanto el accionar de otros que no defiendo la validez de mis propias emociones. Mi enojo, mi tristeza, mi ira, mi odio. Todas esas emociones suelo reprimirlas al momento que soy compasiva con los demás, y básicamente... no defiendo mi sentir ante lo que causó tal dolor inevitable. No importa el racionalizar si lo hizo sin querer, si fue por esto o por lo otro, lo que debe importarte es aceptar que siento emociones negativas porque tengo un dolor inmenso que necesita ser atendido antes que ponerme a pensar en otros. En ese momento, se reduce la compasión hacia mí misma ante la que siento por otros y no, no es para nada justo. En el yoga aprendí mucho sobre la autocompasión, pero no lo había llegado a reflexionar en tal punto que realmente me hace dar cuenta que debe ser atendido con primordial importancia.
La segunda sesión tuvo relación con atender mi postura. Suena recontra random, pero mi postura generaba mucha tensión en mi cuerpo y era un bias/sesgo para poder sentir mi cuerpo y correlacionarlo con detectar mis emociones ante interpretaciones no conscientes en mi entorno. ¿Qué quiero decir? Pues que al tener trabajando a mi columna, pantorrillas de manera desproporcional, el cuerpo se contractura, y a la par, se sabe que las emociones somatizan y se correlacionan con tensiones corporales. Yo por más que tenga buena postura, si vivo una emoción constantemente sin ser atendida se presentara una zona corporal contracturada por la tensión muscular inconsciente que genera. Mi tarea practicamente era acostumbrarme a estar con la columna alargada y tener los pies fijos al suelo. Suena una cosa tonta pero lo que acabo de escribir hace que cobre total sentido. Y otra vez el yoga, cuando se realiza de practica rutinaria, inevitablemente te lleva a tener una postura adecuada que evita contracturas al momento de estar sentados y de pie ya que te enseña al uso proporcional de toda la musculatura corporal, sin permitir el sobre esfuerzo de un grupo muscular como es que resulta al momento de andar curvos o "mal parados". Uno de tanto trabajar el uso muscular de manera consciente (de músculos que uno ni sabía que existían en su cuerpo muchas veces) llega a usarlos de manera inconsciente poco a poco. (Dato adicional relacionado con el siguiente: una postura adecuada permite optimizar la respiración al permitirla ser más profunda).
Y en la tercera sesión trabajamos respiración. La cuadrara (o de 4 tiempos) de uso de emergencia ante situaciones que no tengo por qué estar en estado de alerta con el objetivo desactivarlo, ya que esta respiración básicamente activa nuestro sistema parasimpático. En mi profesorado de yoga aprendí la explicación de esto (no me la dio la terapeuta). Pues, creo que ya está un poco de más desarrollar la idea. Es básicamente un pranayama. Y también me sugirió la respiración profunda para hacer la canalización de mi enfoque ante situaciones que debo mantenerme alerta como en la atención de urgencia/emergencia en mis practicas hospitalarias. Una respiración profunda me da una micro pausa para guardar calma y reenfocar mi atención en mi razonamiento y canalizar toda mi energía en plantear mi estrategia de acción rápidamente (sin desactivar mi estado de adrenalina que necesito en ese momento para poder actuar rápidamente).
Ahora realmente me doy cuenta que estamos siguiendo las 8 ramas del Ashtanga Yoga de Patanjali. En la primera sesión básicamente vimos uno de mis puntos deficientes de los Yamas y Niyamas: Ahimsa (de hecho, uno de los primeros que siempre se habla, que es la no violencia, el no atender/abrazar todas mis emociones llego a ser, curiosamente, violenta conmigo misma y mi sentir). Hay varias, y creo que siempre hay puntos débiles en cada uno de ellos, y se trabajan muy poco a poco, pero este que vi en terapia sí va a ser pieza clave ante las situaciones que estoy viviendo actualmente que intensifican mi ansiedad social y mis consecuentes cuadros depresivos. Luego se habla la postura corporal que esta relacionado a las Asanas. El trabajo del cuerpo, la postura (bienestar corporal) es importantísimo por su correlación bidireccional en el aspecto psicológico. Ambos generan un impacto sobre el otro. Cualquier cambio que ocurra en uno, implica una consecuencia en el otro (es así que surge la somatización de emociones -aparición de síntomas físicos ante una emoción-, y también la sensación de bienestar mental luego de alguna actividad física). Y en la tercera sesión ya está: la práctica del Pranayama. La respiración esta íntimamente conectada a nuestro sistema nervioso, y somos capaces de ejecutar cambios corporales que suelen ser de función automática a nuestro placer si aprendemos a manejarla. De hecho, es curiosamente la única vía voluntaria que tenemos de poder incluso desacelerar/acelerar nuestro propio corazón (que cambia su ritmo por lo general de manera autónoma según como nos sintamos o requiera nuestro cuerpo para mantenerse en equilibrio). La respiración también tiene la función de nutrir de oxígeno cada una de nuestras células, literalmente. Mientras más oxigeno llegue a nuestro cuerpo, más energía tendrán y funcionarán mejor (músculos, cerebro, nervios). Literalmente nos da energía. Pero es que lo digo todo muy de modo biológico, nada de aspectos místicos y "energías raras". Una respiración optimizada nos permite cobrar control de nuestro cuerpo y mente claramente.
Y podría seguir expandiéndome en cada párrafo un montón. Pero todo esto lo aprendí en mis horas de formación como profesora de yoga. Son herramientas que conozco perfectamente y me está faltando volverlo a poner en práctica y de manera consciente. La terapia me esta ayudando a enfocar mi necesidad de reincorporarlo en mi vida porque en lo personal me permite tener la estabilidad que tanto necesito. Aunque tenga cólera por saber que ese conocimiento ya lo tengo, pues en realidad no estoy siendo consciente de realmente su necesidad en los aspectos específicos de mi vida que estoy teniendo tanta dificultad de enfrentar, así que.. seguiré aquí, con Sandrita y seguiré esforzándome por volver a poner en práctica lo que me queda claro que necesito para estar bien nuevamente.
Ashtanga Yoga de Patanjali "¿De qué me sirve saber tanto si no lo voy a estar poniendo en práctica?" |
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